Consejos/Tips

Distracciones

Este punto es fundamental. Cualquier persona con un desorden alimenticio tiene una obsesión con los alimentos (yendo del amor al odio, dependiendo de la enfermedad que padezca).
A diferencia de la gente sana, pensamos todo el día en comida.

Lo primero que ataqué fue eso: la obsesión. Es muy fácil para la gente decirnos que nos distraigamos y salgamos a caminar, y que entonces todo va a estar mejor. Pero sabemos que eso no es así, principalmente porque la distracción que le sirve a la otra persona quizás no nos sirva a nosotros. Todos somos diferentes y nos gustan diferentes cosas y actividades.

Te propongo que encuentres lo que te agrada para pasar el tiempo y te dediques a eso. De esa manera la obsesión se puede ir lentamente de modo natural, casi sin que te des cuenta.

Algunas cosas que me sirven para distraerme a diario y te pueden servir como idea son:

- Jugar videojuegos.
- Ver series/películas.
- Escuchar música.
- Limpiar y ordenar mi habitación/casa.
- Depilarme, maquillarme y mantener rituales de belleza diarios.
- Expresión artística: pintar, escribir, tomar fotografías, etc.

Estos son tan sólo algunos ejemplos que a mí me dan resultado.

Por supuesto, también podés dedicarte a ejercitarte en el gimnasio o ver thinspo y reverse thinspo en Internet, pero yo estoy muy anestesiada de las fotos y raramente me impactan. En cuanto al gimnasio, soy demasiado vaga y no quiero ir a la fuerza para terminar odiándolo (otra vez).

Es por razones como estas que te conviene buscar lo que te sirve, que puede no coincidir con lo que le sirve a los demás necesariamente.


Números: kilos y calorías

Recomiendo llevar un registro semanal de tu peso y otro diario de las calorías ingeridas.

El control semanal sobre el peso (y no diario) nos lleva a frustrarnos menos seguido ya que el peso puede variar entre uno y dos kilos (o más) de un día para el otro aunque no hayamos comido demasiado o nos hayamos ejercitado.
Es más razonable si tomás en cuenta que un día podés tener una constipación o retención de líquidos, o se puede dar cualquier otro factor que termina desmotivándote.

Si un día tuviste un atracón (o varios), definitivamente no te recomiendo pesarte momentos después o al día siguiente porque es muy probable que tu organismo aún no haya asimilado del todo las calorías ni haya producido sus desechos. Lo mejor en esos casos es no desanimarse y seguir adelante haciendo las cosas bien.

Fijate que no se repita pero no sufras. Ya pasó. No te castigues y aprendé de tu propia experiencia.

Lo mismo es válido también si te ejercitás muchísimo durante un día. No esperes que la balanza marque al día siguiente 2 kilos menos. El organismo se toma un tiempo en asimilar los cambios.

Para llevar el control diario de calorías, te recomiendo tener esta tabla siempre a mano. Puede ser confusa al principio si no tenés la costumbre de contarlas, pero te aseguro que con el tiempo se vuelve simple y automático.

También podés calcular tu Índice de Masa Corporal (IMC) en esta página para asegurarte de encontrarte entre los valores saludables (o tenerlos como objetivo).

Por último, también podés consultar el peso ideal correspondiente a tu estatura y complexión física en este otro link.

No recomiendo guiarse por las tablas de peso ideal e IMC "Ana/Mia" ya que muestran valores peligrosos que no se enfocan en preservar la salud y podés lograr un efecto completamente contrario al que planeabas.


Manejar lo inevitable

Si pudiéramos, cerraríamos con candado nuestras cocinas. Pero usualmente se nos hace imposible por la convivencia (con familiares, amistades, parejas, etc).

Tarde o temprano, aunque no se trate de un atracón sorpresivo, vamos a tener que comer algo. Aunque no convivas con nadie, esto puede significar un peligro difícil de controlar en reuniones sociales.

Si te encontrás en una fiesta y te sirven algo muy calórico, no lo desprecies e intentá comer un poco sin culpa, al menos por cortesía. Vas a evitarte muchas preguntas irritantes e invasivas. Recordá que no es obligatorio vaciar el plato o la copa.

Vomitar y/o purgarse no sirve. Me costó mucho entender esto. Fui Mia (bulímica) durante años, pero lo aprendí. Es un esfuerzo y sufrimiento inútil porque nunca se llega a eliminar todo. Podemos caer fácilmente en intentarlo en un momento de desesperación pero, simplemente, no es efectivo y daña severamente al organismo si se mantiene como hábito.

Tal como dije antes, no te castigues. Lo comido, comido está. Mirá hacia adelante y fijate cómo seguir tu camino lo mejor posible.

Respecto a la vida diaria, las opciones para alimentarse con pocas calorías son varias. Un buen comienzo es decidir qué comer y qué no. Por ejemplo, estas son algunas de mis elecciones:

- No alcohol.
- No gaseosas (aunque sean light).
- No aceites, manteca ni margarina.
- No lácteos enteros o no desgrasados.
- No carnes de ningún tipo ni pescado.
- No yema de huevo.
- No sal ni salsa de soja. Tengo preferencia por los productos con bajos niveles de sodio.

Alimentos y bebidas permitidos (por mí y para mí):

- Agua (sin agregados como jugos en polvo, aunque sean light).
- Caldos light, preferentemente con bajo contenido de sodio.
- Gelatinas light.
- Frutas (en cantidad limitada).
- Verduras (tanto hervidas como crudas).
- Clara de huevo.
- Jugo de limón o vinagre (como aderezo).
- Lacteos descremados (en poca cantidad).

Estas son mis elecciones personales, pero cada persona puede adaptar su alimentación de acuerdo a su preferencia teniendo en cuenta su peso meta. Mi palabra no es ley para nadie más que para mí misma.


La culpa

Lo dije antes varias veces y no puedo dejar de remarcarlo: no te castigues.

Esto incluye golpes, cortes y cualquier otra conducta autodestructiva. Dentro de lo posible, evitalo. Si necesitás ayuda profesional, buscala. Pero no te hagas daño. No sirve, no ayuda y no te acerca a tu meta de ninguna manera.

Pensá y evaluá. Meditá tus actos y no malgastes tu energía haciéndote daño.


Excusas

"El lunes empiezo la dieta."

No postergues tus planes. Si querés lograr tus objetivos vas a necesitar firmeza, convicción y perseverancia. Tené paciencia para ver los resultados. Empezá ahora, porque ya habrás visto en el pasado que "el lunes" nunca llega.